Desde tiempos pasados la desigualdad
queda expuesta ante los miles de estudios realizados en escuelas
rurales y urbanas. Se les ha tratado de dar una solución por
medio de planes y programas que en realidad no han dado un gran
avance ante la problemática que genera esta situación. Porque la
superficialidad de la sociedad nos ha orillado a tener una mentalidad
muy pobre, como para poder vislumbrar donde se genera el problema y
aunque supiéramos donde se genera seguramente no haríamos nada para
combatirlo.
Aunque no todo es decadente, si se logra hacer conciencia en a las futuras mentes sobre la situación
contemporánea, enfocando el conocimiento en ellos y no derrochandolo
en otros lugares. Si en vez darles armas se les da un libro, no
estaríamos ante semejante controversia. Solo por el hecho de que a
nosotros no se nos enseñó a pensar y criticar desde nuestro
personal punto de vista, no quiere decir que no lo podemos cambiar. A estas alturas, es cuando deberíamos dejar de vivir en un mundo
ficticio.